CONFIDA solicita un ‘plan de choque’ para salvar las empresas italianas debido al coronavirus
La crisis provocada por la epidemia del coronavirus está causando graves daños al sector de la distribución automática. Aunque esta industria, que emplea a más de 33 mil personas en Italia, aún está activa, ya que el Decreto del Primer Ministro del 11 de marzo la sitúa entre las actividades comerciales esenciales (refrigerios en hospitales, cuarteles, empresas que están abiertas y cárceles), el volumen de ventas se ha reducido un 80% en comparación con el mes pasado.
La preocupación del sector, expresada por la asociación CONFIDA, hace referencia a la liquidez de las empresas la cual es necesaria para no hacer que fracasen en una situación de desaceleración repentina en el negocio. “El Decreto Cura Italia introdujo las primeras medidas para respaldar la liquidez, pero aún son completamente insuficientes con respecto a la dramática situación que estamos experimentando. Se necesita un ‘plan de choque’ para salvar nuestros negocios antes de que sea demasiado tarde –explica el presidente de CONFIDA, Massimo Trapletti-. La inversión podría alcanzar alrededor de 200 mil millones de euros. Sin embargo, es necesario que este dinero vaya directamente a sujetos económicos y privados como lo han hecho en los Estados Unidos y en particular: 1) a las empresas, mediante la abolición de los impuestos de junio (IRPEF, IRAP, TARI, TASI E IMU, IRES) financiando a largo plazo la necesidad de liquidez actual y manteniendo las redes de seguridad social en derogación ya aplicadas hoy; 2) a las familias posponiendo las hipotecas (como ya lo ha proporcionado el Fondo Gasparrini), reduciendo la cuña fiscal y las tarifas de energía y gas; 3) a obras públicas, mediante la financiación de obras públicas como inversiones en puentes, caminos, ya que dan empleo y vuelven a reactivar la economía “.
Estas iniciativas conllevarían un beneficio inmediato, en particular para las PYME, que representan a la mayoría de las empresas italianas: “Me refiero a empresas que facturan entre 5 y 10 millones y otras muchas que facturan entre 1 y 2 millones. Si estas realidades se cierran, muchas familias permanecerán sin ingresos y, en consecuencia, ya no consumirán. En resumen, todo el país correría el riesgo de ir a la quiebra“.
Un atisbo de luz en esta crisis surge de la posición del Banco Central Europeo que ha declarado su voluntad de comprar los valores de los Estados individuales: “Los 200 mil millones –concluye Trapletti– podrían estar cubiertos por la emisión de valores a 10-15 años y con los recibos de impuestos que pagarán todas las empresas y familias con lo ahorrado podríamos pagar los intereses de la deuda sin problemas”.
El análisis del presidente de CONFIDA parte de la decisión tomada por la Unión Europea de derogar el Pacto de Estabilidad, es decir, el conjunto de normas que rigen las políticas fiscales de los Estados miembros las cuales establecen un límite de déficit / PIB del 3% y una deuda por debajo del 60% de la riqueza nacional.