Del blanco al negro, todos los colores del café
Blanco, la flor
El blanco es el color de la flor de la planta Coffea Arabica que da origen al café. Se trata de un arbusto de la familia de las rubiáceas originario de las zonas montañosas de Etiopía y que ya se cultivaba hace más de 500 años en las regiones de Yemen.
En su hábitat natural, crece en lugares montañosos entre 600 y 2.000 metros de altura, a lo largo de arroyos y en los bordes de áreas boscosas tropicales, alcanzando el tamaño de un pequeño árbol.
El Coffea Arabica florece en verano una flor blanca y en forma de estrella, que desprende un color ligero y muy agradable que recuerda al jazmín. Formada por cinco pétalos puntiagudos, difiere ligeramente su forma según la especie que se observe. Tras unos seis años de cultivo, se pueden formar bayas parecidas a las cerezas, cada una de las cuales contendrá dos semillas: los granos de café.
Verde, la planta
La planta del café, científicamente llamada Coffea, es un arbusto que forma parte de la familia botánica Rubiaceae y, aunque hay alrededor de cien tipos diferentes, solo las semillas de algunos dan lugar a la icónica bebida. Las variedades más conocidas, queridas y cultivadas son:
·Café Arábica
·Coffea Canephora, comúnmente conocida como Robusta
·Coffea Liberica
Independientemente de la variedad, el Coffea tiene algunas constantes: es una especie arbórea compuesta por un tronco con ramas primarias y secundarias, hojas verdes y frutos tipo cereza. El arbusto florece varias veces al año y da paso, posteriormente, a los frutos.
Se trata de una planta bastante delicada que necesita una temperatura constante de entre 17 y 23°C, así como lluvias regulares. En consecuencia, su cultivo está muy difundido en áreas tropicales y ecuatoriales, especialmente en algunas regiones de África, América Central y del Sur y Asia. No en vano, los mayores productores de café son Brasil, Vietnam, Colombia e Indonesia.
La primera evidencia de la presencia de la planta se encuentra en Etiopía (África). Además, según una teoría sobre la etimología del término ‘café’, el nombre derivaría de Caffa, una región del suroeste del país, donde la planta estaba ampliamente extendida. Asimismo, el Robusta también tiene orígenes africanos, concretamente entre Uganda y Guinea es donde se inició el cultivo de esta variedad menos delicada y más persistente.
Posteriormente, el uso de las semillas tostadas se extendió al norte de África y, desde allí, llegó a Europa a finales del siglo XVI. Finalmente, durante la década de 1700, el café llegó a Brasil y al Caribe, dando lugar a las grandes plantaciones que conocemos hoy en día.
Rojo, el fruto
El fruto de la planta del café es una pequeña drupa (un término que describe a las frutas carnosas en botánica) similar a una cereza, verde cuando no está madura y rojo oscuro cuando sí lo está.
Cada fruto contiene dos semillas que combinan perfectamente, protegidas por una película plateada y encerradas en una membrana llamada pergamino.
El tiempo de maduración puede variar según el tipo de suelo, el clima y la variedad de café. Uno de los elementos más importantes para que la drupa crezca y madure es, incluso más que el clima, la lluvia.
El color de la fruta es de fundamental importancia para la cosecha. Cambia progresivamente a medida que crece en la planta y solo cuando es de color rojo brillante significa que está lista.
Cada planta tarda unos 4 años en poder producir frutos, que pueden madurar 2 o 3 veces al año. Una vez alcanza unos 20 años de edad, termina su período fructífero.
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